A medida que el fenómeno global se acerca a su fin, el elenco y los creadores se despiden de La casa de papel.
La casa de papel es una historia sobre superar las expectativas. En 2017, luego de que la segunda temporada del programa se había emitido en el canal de TV español Antena 3, estaba en riesgo de ser cancelada debido a que habían disminuido los índices de audiencia. Luego, como en una vuelta de tuerca en el guión, La casa de papel, recibió un indulto cuando Netflix adquirió los derechos internacionales de streaming. La serie dramática española sobre un gran atraco se convirtió en un éxito instantáneo: ese verano no solo se volvió la serie más vista de la plataforma en un idioma que no fuera inglés, sino también en una de las más vistas de Netflix en general. Y gracias a este servicio, La casa de papel, fue presentada al público de todo el mundo y se estrenaron tres temporadas nuevas. La más reciente, la quinta parte, comenzó el 3 de septiembre y estrenará sus últimos cinco episodios el 3 de diciembre. Al día de hoy, el drama policial de ficción, conocido como Money Heist para los espectadores de habla inglesa, ha sido disfrutado por millones de televidentes, ya que 65 millones de hogares suscriptores eligieron ver la cuarta parte solamente en sus primeras cuatro semanas, y también ha recibido los elogios de la crítica, lo que incluyó un premio a la Mejor serie dramática en la edición número 46 de los premios Emmy internacionales.
La casa de papel sigue a un grupo muy diverso de ladrones españoles mientras emprenden atracos que tienen como blanco a fuentes de riqueza institucional. En sus primeras dos temporadas, la Real Casa de la Moneda, y en la tercera, cuarta y quinta, el Banco de España. Organizados durante años por la mente maestra de un hombre solo conocido como “el profesor”, los robos son tan complejos como las relaciones que se entablan entre los participantes dispuestos y los no tanto, es decir, los rehenes. Los fans de todo el mundo han elogiado a la serie por sus argumentos inteligentes y complejos, las profundas caracterizaciones de los personajes y un abordaje novedoso del conocido formato del drama policial sobre atracos.
“Las películas sobre robos son un género en sí mismas”, dice Jesús Colmenar, el director y productor ejecutivo de la serie. “Eso fue un arma poderosa al comienzo de La casa de papel. El espectador ya conoce las reglas del juego, así que podrá entrar rápido en la historia, ¿verdad? Y lo que realmente tenemos preparado para ellos son los giros inesperados de la trama, dentro de las reglas del juego, para que una vez que estén dentro, encuentren una historia nueva”. Junto a los argumentos impulsados por los personajes y los giros dramáticos, La casa de papel, emplea destacados efectos visuales y toda la emoción que se puede esperar de una serie sobre un robo. El resultado es una característica esencial del programa: detalles cautivantes, incluyendo planos muy cerrados que ubican al espectador cerca del núcleo de la acción física, así como de las maquinaciones internas que se desarrollan dentro de la psiquis de cada personaje.
Parte del atractivo del programa es que aborda cuestiones vinculadas con el poder y la riqueza que se vienen gestando desde el colapso económico de 2008. El creador de la serie, showrunner y productor ejecutivo Álex Pina se inspiró en los temas anticapitalistas de la serie gracias al movimiento que se dio en España en contra de la austeridad, a menudo conocido como el “15-M”, que comenzó en 2011 con una series de manifestaciones, protestas y marchas contra las altas tasas de desempleo, los recortes a la ayuda social y la corrupción. “Luego de la crisis de Lehman Brothers, la gente estaba molesta, descreída y no tenía fe en las instituciones, los gobiernos, los bancos”, recuerda Pina. “Las manifestaciones del 15-M en España habían hecho que muchas personas se volcaran a las calles”.
Para complementar el tema, la serie hizo resurgir una canción de protesta italiana de fines del siglo XIX con una larga historia. “Estábamos buscando un sonido que fuera emblemático”, dice Pina sobre la canción “Bella Ciao”. “Necesitábamos una banda sonora que pareciera un himno y que estuviera asociada a la libertad y la resistencia. De repente, uno de los guionistas, Javi, llegó con esa canción y dijimos ‘¡Esa es!’”.
“Bella Ciao” era cantada originalmente a fines del 1800 por las trabajadoras de los campos de arroz en el norte de Italia que se sentían frustradas por las condiciones laborales. La canción fue retomada más adelante por la resistencia antifascista italiana a principios de la década del 40 y, desde ese entonces, fue adaptada por diversos movimientos para protestar contra las injusticias. Cuando la serie empezó a emitirse, las cuentas de redes sociales de todo el mundo se encendieron, con comunidades de fans expresando su conexión con sus temas emergentes y la exploración de un complejo robo a un banco como símbolo de un panorama más grande. Al público le encantó la rebelión que emanaba la serie, mientras alentaban a los disidentes insubordinados de La casa de papel.
¿Y qué atraco a un banco está completo sin una estética cautivante? Tanto los ladrones como los rehenes visten mamelucos rojos con cierres a la vista y máscaras de ojos grandes y bigotes que hacen referencia a un “genio loco”, según Pina. “Vestir a todos los personajes con el emblemático mameluco rojo que usan en el robo fue un gran desafío”, comenta Carlos Díez Diez, el diseñador de vestuario de La casa de papel. “Esa fue una idea que provino del guión inicial de Pina. El mameluco tuvo distintas versiones y se fue rediseñando desde la primera y la segunda parte hasta la tercera, la cuarta y la quinta”. Esa estética impactante causó un gran efecto en los fans de la serie e incluso se abrió camino a su utilización en la vida real. En julio de 2020, los trabajadores de una fábrica de Nissan que cerraba sus puertas en España protestaron la pérdida de sus empleos vestidos con las icónicas máscaras y trajes rojos de La casa de papel, cantando una versión de “Bella Ciao”.
El actor Luka Peroš, que interpreta a Marsella, reflexionó sobre la experiencia de rodar la última temporada de esta serie tan querida y significativa: “Mis colegas siempre fueron como una familia, y los últimos nueve meses del rodaje fueron una locura. Lo disfruté mucho, pero también fue muy emotivo. Nos dijeron que sería la última temporada y todos se prepararon para eso. Para mis otros compañeros de elenco que estuvieron más tiempo en la serie fue incluso una montaña rusa de emociones más grandes. El público también sentirá muchas de estas emociones, desde tristeza hasta risas, alegría y felicidad y no todo en ese orden. El mundo experimentará todo eso junto a nosotros”.