Grant Major parado con los brazos cruzados fuera del set del Red Mill, que está sobre ruedas. El cielo es azul con nubes blancas esponjosas, el suelo es arenoso y polvoriento. Major lleva una camiseta polo negra y pantalones grises. Distintas personas y autos antiguos salpican el fondo.

Grant Major

El diseñador de producción ganador del Óscar crea la Montana de los años veinte para El poder del perro, de Jane Campion.

11 de enero de 20225 MINS

No hay nada particularmente cálido o acogedor en la obra de Jane Campion El poder del perro, un wéstern de gran belleza que se desarrolla en el implacable y extenso paisaje de Big Sky, Montana. Pero tras una exhaustiva búsqueda de la extensión de terreno adecuada para igualar la desolación de la novela homónima de Thomas Savage de 1967, la cineasta y el diseñador de producción Grant Major, ambos ganadores del Óscar, descubrieron que la locación ideal para el rancho de la familia Burbank podía encontrarse en su Nueva Zelandia natal.

Una vez que identificaron el lugar, Campion y Major recurrieron a diferentes fuentes de inspiración. Hicieron referencia al trabajo de la fotoperiodista Evelyn Cameron, a los archivos de la revista TIME y a la serie documental The West, de Ken Burns. Para Major, que transformó el escarpado terreno neozelandés en la Tierra Media de la trilogía de El señor de los anillos imaginada por Peter Jackson, el rodaje del drama wéstern de Campion presentó una serie de desafíos únicos. «Esto tiene que parecer absolutamente real —recuerda haber pensado tras leer el guion de Campion ambientado en los años veinte—. La gente tiende a encasillarme en el género fantástico: “Es el tipo que hace los sets extravagantes”. Pero este proyecto requería zambullirse en las minucias del realismo».

El compromiso de la dupla con el realismo se extendió hasta el último detalle de sus decorados, que los equipos de Major construyeron íntegramente desde cero. «Esas flores son un claro ejemplo de todo lo que hicimos con Jane», afirma Major sobre las flores aparentemente inocuas que decoran el restaurante Red Mill. En una escena clave del comienzo, Peter Gordon (Kodi Smit-McPhee), un adolescente tímido y delgado, confecciona unos elaborados ramos para decorar las mesas de la hostería que maneja su madre, Rose (Kirsten Dunst). Cuando los delicados arreglos llaman la atención del cruel ranchero Phil Burbank (Benedict Cumberbatch), se desencadena el conflicto central de la película. 

«Al principio, Jane y su amiga Michelle Freeman (decoradora de set, compradora, vestuarista) hicieron un taller e idearon el aspecto de las flores que querían y, en un momento dado, me pidieron que las hiciera —continúa Major—. Jane quería ver si nuestra compradora de utilería, Alani McKenna, podía encontrar algo. Al final, trajimos a Michelle de nuevo, y entre todos llegamos a algo que le gustó a Jane. Le gusta sacarle el máximo jugo a cada decisión creativa —añade Major con admiración hacia Campion—. Suena intenso, pero en realidad es un proceso tan hermoso la forma en que ella se convierte en parte de nuestro mundo y nosotros del suyo.

«Jane es una líder exigente —dice Major, cuyo primer papel como diseñador de producción fue en la película de Campion de 1990 Un ángel en mi mesa. La pintura en especial fue un aspecto emocionante. Tenía que parecer que la casa [de Burbank] había estado allí durante décadas en condiciones difíciles. Jane llegó minutos antes del rodaje y tranquilamente podría haber dicho: “Odio esta pintura. Hay que hacer todo de nuevo. No me importa cuánto tiempo lleve”. Pero en este caso no hubo nada que no le gustara. Fue muy emocionante porque quedó absolutamente encantada al llegar al set y ver el [rancho] en un hermoso día soleado, ver que allí estaba sano y salvo». 

Las minucias contribuyeron a la construcción del mundo del extenso drama, pero la enorme y espaciosa casa de Burbank es un personaje en sí mismo. Después de enfocarse en una enorme extensión de tierra de cultivo en lo que resultó ser «el valle más ventoso de Nueva Zelandia», Major se puso a imaginar qué tipo de casa sería el hogar de Phil y George (Jesse Plemons), y finalmente encontró la tan buscada inspiración en la casa de verano de Theodore Roosevelt en Long Island, Nueva York: Sagamore Hill. «La familia Burbank vino de la costa Este alrededor de la década de 1880 para establecer un rancho ganadero —explica Major—. Es muy posible que hayan adoptado el estilo de Roosevelt y lo hayan volcado en el paisaje de Montana». 

La admiración de Major por la historia (Campion señala: «Le encantó la historia; dijo que nunca había leído nada que le gustara tanto») le hizo descubrir la importancia de los entornos que estaba creando. Major destaca: «La casa es clave para el diseño de producción de la película. Es la presencia icónica de la familia en la tierra... En estos sets se desarrolla un intenso dramatismo, por lo que era esencial ser auténtico y detallista con su aspecto». A la medida de la película, la propiedad de los Burbank refleja el mundo interior de los protagonistas, en especial de los hermanos que la habitan. En las habitaciones faltan muebles, lo que desvirtúa las proporciones y simboliza las vidas estancadas de Phil y George. El granero refleja el carácter silvestre y la soledad de Phil: «Parte de la psicología interior y de la personalidad de Phil tiene que ver con ese granero, su solidez y su naturaleza cerrada, con ventanas que miran hacia la casa. Está bastante centrado». La mayor parte del set carga al principio con una energía masculina dominante que luego adquiere un toque más femenino con la llegada de Rose.

La construcción de la impresionante casa no fue una tarea fácil. Major y su equipo debieron enfrentarse a las inclemencias del tiempo. «Estaba nevando en septiembre, que es primavera en Nueva Zelandia —recuerda Campion—. Y les pregunté a algunos de los constructores: “¿Creen que vamos a llegar a terminar esto?” Estaban tratando de cavar los cimientos en el suelo helado, intentando construir una enorme casa de tres pisos en tres meses. Y me dijeron: “Yo me preocuparía...”». 

Major lo logró con creces, con elogios de Campion y del experimentado elenco: «Grant y su equipo hicieron el trabajo más maravilloso con la casa. Nuestros actores —Jesse, Kirsten y Benedict— dijeron que nunca habían visto sets así. Y no es difícil de creer». El éxito del diseño de escenografía, a pesar del clima y otros desafíos, puede atribuirse en parte a la larga colaboración de Campion y Major. Campion describe su confianza en Major: «Al haber trabajado antes con Grant, sabía lo fantástico que es como diseñador y lo increíble que es a la hora de encontrar soluciones». Los elogios son mutuos cuando Major describe el papel de Campion en la creación del set: «Desde el punto de vista del diseño de producción, tiene muy buen ojo. Tomamos todas las decisiones creativas juntos. A Jane le gusta que las cosas fluyan durante el mayor tiempo posible, tener opciones para encontrar la mejor solución... y no solo para lo grande, está muy atenta a todos los detalles».