Adam McKay usa jeans y una chaqueta marrón y posa con su cara en la palma de la mano.

Adam McKay

El director y guionista nos hace reír en medio de la tragedia con el elenco estelar de No miren arriba.

Fotografía de portada de Emma McIntyre
15 de diciembre de 20218 MINS

Cuando hablamos de cine, el director y guionista Adam McKay es una de las mentes más brillantes de su generación. McKay ha demostrado su agudo y satírico ingenio en películas como La gran apuesta, que detalla el colapso del mercado inmobiliario en 2008, y El vicepresidente: Más allá del poder, que retrata la vida y la carrera del exvicepresidente de EE. UU. Dick Cheney. Aunque ninguno de esos temas parecieran cómicos por naturaleza, McKay logró llevar a la pantalla, con gran humor y perspicacia, estos conflictos sociales y personajes desmedidos que han dado forma al mundo moderno.

Con su último trabajo, No miren arriba, el cineasta nominado al Óscar vuelve a lograrlo. El elenco estelar de esta sátira del fin del mundo está liderado por un par de astrónomos, interpretados por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, que descubren que un cometa mortal está en rumbo de colisión con la Tierra. Pero mientras intentan advertir al mundo sobre esta gran tragedia, se encuentran con una serie de obstáculos: una presidenta inepta, interpretada por Meryl Streep, que cree que el mejor plan de acción es «aguardar y analizar»; y una máquina mediática, que cobra vida a través de Tyler Perry y Cate Blanchett, diseñada para escupir únicamente infoentretenimiento y teorías conspirativas que se difunden como un virus en las redes sociales.

Si No miren arriba no fuera así de divertida, sería totalmente aterradora, ya que apunta directamente donde esperamos que el cometa no llegue: muy cerca de casa. «Esa fue una batalla constante en esta película, teniendo en cuenta la situación actual del mundo», dice McKay. Increíblemente, el cineasta escribió No miren arriba antes que la pandemia de COVID-19 afectara al mundo. McKay habló sobre cómo logró hacer la película y compartió algunos momentos notables de su carrera en la comedia. 

Leonardo DiCaprio and Adam McKay discuss something at a whiteboard. DiCaprio wears a green checkered shirt and jeans. McKay wears a grey jacket and brown pants.

Leonardo DiCaprio y Adam McKay

Niko Tavernise

Krista Smith: El hecho de que hayas escrito la película antes de la pandemia me parece sorprendente. ¿Cómo nació la idea?
Adam McKay:
Fue hace como catorce años. Empecé a tomar consciencia de la crisis climática, y cada cosa que escuchaba al respecto me parecía alarmante. Todo era mucho más estremecedor y mucho más épico de lo que imaginaba. Entonces pensé: «Vaya, tengo que hacer una película sobre esto». ¿Pero cómo abordas algo tan enorme? Es como haber estado vivo para la erupción del Krakatoa y haber dicho: «Oigan, algo ocurre con ese volcán. La montaña tiene mucho humo. Voy a escribir una historia sobre eso». Así que hice lo que siempre hago: escribí cinco o seis premisas para películas, cada una de dos páginas. Una era un gran drama épico. Otra era un thriller al estilo de La dimensión desconocida, pero con un giro. Todas eran geniales, pero no fue hasta después de que hablé con mi amigo David Sirota, hace como tres años, que empecé a centrarme en la idea actual. Él había escrito un tuit haciendo una broma: «El cometa se aproxima a la Tierra, y a nadie le interesa». Esa idea era una puerta de entrada lo suficientemente grande y, a la vez, simple. Era una referencia que todos podíamos entender rápidamente. Todos hemos visto películas de desastres. Todos vimos Tiburón. Todos vimos Infierno en la torre. Incluso cuando te sumerges en el universo de Marvel, cada una de esas películas terminan con el fin del mundo. Le dije a David: «Creo que esa es la idea». Elegí esta temática porque sentí que podía ser graciosa. Es importante ser capaces de reírnos cuando pasan muchas cosas locas a nuestro alrededor.

Como yo trabajo en los medios, hubo momentos en los que pensé que estaba casi viendo un documental. Una de las cosas que más me impresionó fue el colapso en la comunicación. No había manera de que los científicos pudieran transmitir su mensaje en este panorama.
AM:
El tema de la película es que esta gigantesca máquina mediática —que incluye cultura, redes sociales, internet— que creamos no es más que un gran discurso de ventas para hacernos sentir bien. No se creó para dar malas noticias. Sabemos perfectamente que nuestra atmósfera está colapsando y, sin embargo, todos los días veo a algún medio que no quiere decirlo así de directo. ¿Y entonces qué hacen? Ponen comerciales de empresas petroleras o camiones de gas y autos. No estoy culpando a nadie en particular. Hay muchos periodistas por ahí que trabajan muy duro. Diría que es un problema sistémico. Acabo de ver Detrás de las noticias con mi hija. James L. Brooks realmente dio en el clavo con esa película. Ese fue el momento exacto en que el periodismo televisivo se desmoronó, cuando lo transformaron en una sección de entretenimiento. La manera en que nos comunicamos adoptó un enfoque lucrativo. No solo tienes que ser capaz de comunicar información, sino también de vender publicidad mientras lo haces. Esta situación es peligrosa y pide a gritos que se repare de alguna manera, pero nuestro propio Gobierno ha sido capturado por estas mismas fuerzas. Es ampliamente conocido que Facebook está deshaciendo la estructura democrática y, sin embargo, no he escuchado que se estén tomando medidas para reformar o regular a estos gigantes de las redes sociales. Es aterrador y graciosísimo a la vez. Cuando veo a Mark Zuckerberg hablar en público, pienso: «Si él fuera un supervillano en una película de Marvel, sería demasiado exagerado». 

Adam McKay and Jennifer Lawrence stand on set. McKay wears a demin jacket, blue scarf, black glasses, and white mask. Lawrence wears a green shirt and has bright red hair. Other crew members mingle about in protective masks. Behind them is an orange-lit background.

Adam McKay y Jennifer Lawrence

Niko Tavernise

¿Cuándo fue la primera vez que te diste cuenta de que ibas a enfocar tu carrera hacia la comedia?
AM:
Mi mamá era muy graciosa. Cuando éramos niños, ella nos leía cuentos para dormir con títulos como Bobby y Susie van de compras y cambiaba la historia de manera que los personajes en realidad fueran a robar a la tienda. Nos reíamos a carcajadas. Mi papá ama la comedia y tiene una risa increíble. De pequeño, me encantaba hacer bromas telefónicas y lanzar bolas de nieve a los autos. Recuerdo que desde muy chico escuchaba vinilos de Steve Martin. Por otra parte, ver a Monty Python por PBS en los setenta fue todo un descubrimiento. Eddie Murphy también me inspiró. Pensaba: «¿De dónde salió este tipo?» La TV por cable llegó durante mi adolescencia, y en ese momento empecé a ver a personas como David Letterman, shows como SNL y, más adelante, programas de sketches como The Kids in the Hall. Me di cuenta de que podía ganarme la vida así. Porque, en los setenta, era impensado considerar dedicarse a eso. No había suficientes trabajos. Con el éxito de la TV por cable y el incremento en la cantidad de películas, recuerdo que, mientras cursaba el último año de la escuela y el primer año de la universidad, empecé a pensar seriamente que quizá sí podía hacerlo.

«Es importante ser capaces de reírnos cuando pasan muchas cosas locas a nuestro alrededor».

Adam McKay

Llegaste a SNL en 1995. Will Ferrell y tú empezaron el mismo día. ¿Qué tan difícil fue el trabajo diario en SNL?
AM:
Es el trabajo soñado, nada se le compara. Pero, al mismo tiempo, es muy difícil: ochenta horas de trabajo a la semana y pasar toda la noche escribiendo. Me encantaba. Era todo lo que siempre había querido. Cuando Lorne y nuestro productor Steve Higgins me dijeron que querían que fuera el guionista principal, quedé impactado. Pensé que era una broma. El problema fue que tenía 27 años cuando me contrataron, entonces aún era un estridente y obstinado esnob de la comedia. Me demoré unos dos años en recordar que estaba trabajando para el programa de Lorne Michaels. Cuando logré superar la idea de que debía ser el gran reformador de SNL y me relajé, lo pasé increíble. Aprendí mucho en ese lugar —a escribir sketches, colaborar, producir y, más importante aún, dirigir películas—. Hice entre 15 o 16 cortos, y Lorne logró financiamiento para esos proyectos y para que pudiera tener mi propio equipo. Eso fue valiosísimo.

Meryl Streep and Don't Look Up crew members assemble around her oval office desk. She wears a red jacket and looks at herself in a small mirror. The crew members wear red sweaters and protective gear.

Meryl Streep y miembros del equipo de No miren arriba

Niko Tavernise

Después de que cofundaste Funny or Die en 2007, el cortometraje The Landlord, protagonizado por tu hija menor Pearl, se viralizó casi de inmediato. ¿Pearl ya te perdonó?
AM:
Todavía es gracioso. Pearl ahora tiene 16 años, y es la persona más dulce del mundo. Cuando hicimos el video, mi esposa me dijo: «Ni te atrevas a convertir a nuestra hija en una estrella infantil». Y le respondí: «No te preocupes.Solo es un simple video con Will.Tendrá unos pocos millones de vistas». Pero logró 200 millones o algo así. Ella aún no cumplía dos años. Nunca olvidaré una vez que estábamos en la piscina de un hotel, y la gente la reconocía. Estaba rodeada por una multitud. Mi esposa me miró como diciendo: «Te quiero matar».Pearl recibió ofertas para hacer películas. Incluso le ofrecieron hacer una película de Jackie Chan, pero mi esposa dijo que no y, por eso, Pearl volvió a tener una infancia normal. Resultó ser una experiencia divertida, y ahora ella puede recordarla y reírse. Todo el mérito es de mi esposa porque, honestamente, quizá yo la habría dejado seguir actuando. Me pareció que fue un gran momento.